jueves, 19 de enero de 2012

Por qué me gusta el Madrid

Por Julio Batista

Es una filosofía, una posición ente la vida
Justo en el instante en el que el árbitro decretaba el final en el Santiago Bernabéu sentí, por enésima vez, la voz del insoportable personaje: “Atención “madrilistas”, aquí tengo planillas de cambio para el Barça”. Con el orgullo herido en lo más profundo por dos defensas y un montón de improperios bullendo en la garganta, tenía deseos de contestarle; pero para qué blasfemar contra quien pretendía resumir mis pasiones a una hoja de papel.
Los dos goles del segundo tiempo habían desbaratado las esperanzas y ponían cuesta arriba el camino por la Copa del Rey. Otra vez el Barcelona ganaba en el cuartel del Madrid. Otra vez tenía que aguantar los choteos. Estoy seguro de que en España no saben chotear tan bien a la hinchada blanca, porque si los culés pudieran hacerlo con la maestría de mis socios, ya los de la capital hubiesen entrado en guerra abierta contra los catalanes.
¿El partido? Muy bueno. Con un solo detalle en su contra: no ganamos. El resto de los comentarios se los dejo a los especialistas. Solo soy un madridista molesto y eso hace predecibles mis criterios.
En general, al prospecto de catalán a mis espaldas no le faltaba razón. Lo cierto es que después de tantas derrotas, subidas de presión, “rabia en vena” (y en vano), y de sufrir partidos jugados en otro continente y estadios que solo he visto en la televisión – eso lo espero remediar, algún día- , lo más lógico sería cambiar de bando.
La idea no es descabellada. El Barça es el mejor equipo del mundo, quién lo puede dudar. Una elección previsible y nada criticable. ¿Acaso no es la moda ahora vestirse de azulgrana? Quizás sea por eso que me niego, ó no, quizás sea porque el papel de buenazos siempre me ha parecido demasiado simplón de interpretar.
Sí, debe ser por eso que sigo fiel a mis pasiones; que, sin importar cuantas veces pierda, cada día me gusta más el Madrid. Y no es solo por las estrellas que junta, o por su historia, o por la mística de Íker bajo los tres palos, todas razones suficientes para justificar mi adhesión a los merengues. Lo más probable es que me gusta el Madrid por el simple hecho de ser humanos.
Los “blancos” no esconden quiénes son. No venden una imagen trastocada dentro de la cancha, ni fuera de ella. No tratan de ganarse un espacio en nuestros corazones con poses caballerescas. Son irreverentes, prepotentes, tiene mal humor, no quieren a sus rivales y lo dejan bien claro sobre el terreno.
Practican  y modifican la divisa: En la guerra y el fútbol, todo se vale. Aunque, bien visto, el fútbol (el bueno y genial) es guerra, con amplias dosis de amor.
Ser madridista es más que seguir un conjunto, mucho más que una preferencia deportiva: es una filosofía, una posición ante la vida. Es no conformarse nunca. Es luchar con dientes y uñas si es necesario. Es despotricar, insultar e insultarse. Es llorar, odiar, amar. Es, simplemente, vivir. Y tener los huevos de hacerlo.
Ser madridista es llorar, odiar, amar. Es vivir, y tener los huevos para hacerlo.
Soy madridista porque me gustan los equipos con sangre en el cuerpo, que no teman mostrar su peor cara cuando estallan de impotencia. Soy madridista por el pisotón de Pepe y el empujón de Coentrão. Soy madridista por los rugidos de Casillas ante las equivocaciones de la defensa, por la ira contenida en las mandíbulas y los ojos cerrados de Alonso, por los aplausos socarrones de Mourinho desde la banca.
Por eso soy madridista, porque me parecen más creíbles, más cercanos a lo que soy; y porque sí, porque sencillamente me da la gana.

2 comentarios:

  1. mi hermano ya esta bueno de tanto llanto, te digo por que eres madrilista, por que te has acostumbrado a estar en la sombra de la derrota, pero no pierdas la esperanzas, decia un premio nobel de la paz que la esperanza es como un nenufar que florece en el fango, aferrate a esta pues es la unica opcion que tienes...saludos javier de derecho... cuidate y admiro tu pasion por los merenguitos...dicen que es un gran equipo eso no se puede negar...

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  2. En primer lugar no le hagas caso a Javier,él no sabe nada de futbol solo te está molestando.No obstante visca barça.De veras admiro tu devocion a ese grupo de gente q se hace llamar equipo,na mentira es innegable q saben jugar al futbol aunq a veces se les olvide.Vero.

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