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¿Fin de la libreta? | |
Por Lauren Cleto Herrera y Luis Alejandro Yero Monteagudo
Tomado de Isla al Sur
La algarabía alrededor de la libreta ya parece olvidada por la opinión pública. El tema, de tanto llevarlo y traerlo, sencillamente cansó a la gente. En su lugar, otros asuntos encienden las tertulias de esquina. Sin embargo, la pregunta de cuál será el futuro de la distribución normada, quedó como otra de las tantas interrogantes aún por responder.
Ya parece lejano el alboroto vivido a mediados del 2009, cuando la “bola” de que los mandados se iban a bolina, creó un verdadero gallinero dentro y fuera del país. Los rumores alrededor del polémico tema encontraron pie de arranque en un artículo de la prensa sobre la necesidad de abolir subsidios insostenibles para las finanzas nacionales. Y a pesar de las esporádicas menciones a la libreta, nunca se apuntó directamente a su eliminación.
Las habladurías populares no tardaron en hallar acciones concretas para reavivar sus miedos. Desde noviembre de 2009, en los mercados de venta liberada podían oírse los pregones de dos nuevos productos: la papa y el chícharo, a partir de entonces suprimidos de la cuota normada. Y aunque esta señal aparentó ser el primer paso de un posible trayecto hacia una eliminación gradual, los casi dos mil millones de pesos del presupuesto nacional para asegurar este año la canasta básica, confirmaron algo: los mandados mantendrán su llegada mensual durante el 2010.