domingo, 16 de octubre de 2011

Manda tulipanes a mi entierro


Otro revés marca el fin de una historia
Por Julio Batista
La segunda derrota ante los holandeses durante el Mundial de Béisbol en Panamá nos costó demasiado caro, costó la última medalla de oro. Un título que hubiese reivindicado al deporte cubano, que aún no ha logrado ninguno en disciplinas colectivas en todo lo que va de año.
Así, Cuba ocupó nuevamente el segundo puesto del evento, sitio que no ha podido superar desde hace seis años. Los holandeses se ocuparon de borrarnos los sueños de recuperar el cetro y otorgarle algo de dignidad a un deporte que, sin remedio, se desbarranca.
Decretar la defunción del béisbol no es mi trabajo, mucho menos mi intención. Hacerlo equivaldría a demoler la sagrada institución del deporte cubano, la joya de la corona, el único asidero de las esperanzas nacionales.
Mas, lo cierto es que los cubanos, guiados por diferentes directores, con cambios en las estrategias, renovaciones de excepcional calidad y un conjunto impresionante, no han podido alzar la Copa Mundial desde 2005, luego de ganarla consecutivamente nueve veces.
Ahora veremos de todo: justificaciones, harakiris, partes del clima… incluso, alguna referencia a nuestra desventaja con los profesionales, o con el bloqueo, para no perder la costumbre. Por suerte también podremos escuchar, entre la multitud, una voz que diga sin tapujos lo que todos saben y quieren ocultar: no somos los mejores ya, y esa es una realidad que nos choca en la cara.
Esta vez fue Holanda, y no por casualidad. Dos victorias claras, dos juegos donde los lanzadores europeos burlaron la “poderosa ofensiva caribeña”. Dos choques en los cuales al bateo cubano, de “poderoso”, solo le quedó la “P”, para que pueda usted calificarlo como mejor le plazca.
Con el primer título holandés en el evento termina la historia del torneo, tras 70 años y 39 ediciones. Termina un capítulo de nuestro deporte, uno en el cual nadie podrá disputarnos la supremacía, porque nos avalan 25 medallas doradas; lo que sería mucho mejor si, además, hubiésemos ganado la última copa disputada.
Sin embargo, lo más preocupante para nuestros peloteros es el hecho de que ahora, con la desaparición de la Copa Mundial, serán los Clásicos de Béisbol cada cuatro años los máximos eventos del deporte. Y sabemos por experiencia que allí… no nos toca.
No voy a preguntarme nada incómodo. Tres catchers y 12 pitchers. Frank Camilo y Yosvany Alarcón solo tuvieron cuatro turnos al bate cada uno. Dalier Hinojosa, Norberto González y Alberto Soto solo actuaron en cuatro innings. Cuba jugó 12 partidos. ¿Alguna duda?
Para analizar y discutir decisiones están los especialistas. Hago lo que cualquier aficionado, rezo por el alma del difunto certamen y le pongo velas a cuanto santo conozco para evitar que el béisbol cubano siga igual camino, mientras me niego a creer que los tulipanes marcan también nuestro entierro.

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3 comentarios:

  1. Así mismo Julio, ya no es sólo Japón ahora Holanda también nos coge la bajita, un señalamiento, ¿hacen falta tantos directores?¿qué hacía Higinio allí?¿Es necesario dirigir el equipo desde Cuba?¿puede hacer un director su trabajo asedeiado constantemente por las opiniones o en el peor caso las órdenes de los directivos nacionales?????¿Urquiola fue realmente el de la idea de última hora de abrir con Yuliesky, un pitcher que a pesar de sus números, no decide juegos importantes,(2do clásico de beisbol contra Japón, 0 ganados y 6 perdidos contra Industriales en Play OFF)?????? ---solo eso---

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  2. buen comentario, cada vez escribes mejor, hermano. no lo dejes. buen, buen comentario. y pensar que se m epperdió la crónica que te hice. un abrazo.

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  3. Lo dijiste bien claro ya no somos los mejores. En la cual el dirigente d ustedes tiene esa mentalidad.La calidad es otra y mejor q cuando jugaba Victor Mesa se quedo en esa epoca. Para mi no es Dirigente pa la seleccion. Le grita muchos a los jugadores.

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