martes, 27 de marzo de 2012

Sin nada que decir

|Julio Batista
Estar sin escribir aquí por más de...(bueno, ya perdí la cuenta y los números nunca han sido lo mío) es síntoma inequívoco de vagancia total, sin posibilidad de defensa. Intentar justificarlo sería tonto. Mas, quien leyó el cabezal del blog, sabe que nunca me comprometí al trabajo constante. Ese es mi escudo.

¿Me quedé sin nada que decir? ¿Acaso perdí la suerte de encontrar algo interesante a cada paso? ¿O simplemente lo que veo no me gusta? Podría ser cualquiera de ellas, oacaso la mezcla de las tres. Lo cierto es que tanto tiempo sin escribir ya es preocupante.
Tengo un par de excusas, o al menos eso creo. Un documetal hecho a puros timbales, un par de seminarios en la facultad, algo de trabajo serio -con el que, de vez en mes, gano algo-, un viaje a Cienfuegos para bañarme en el Nicho y relajar un poco que también hace falta. Sin emabrgo, nada de esto impide sentarme un rato a teclear, de hecho, más bien proporcionan material para hacerlo.
Solo el documental bastaría para escribir una nueva Odisea. Primero el tema: el fútbol internacional gana espacio en la preferencia de los jóvenes habaneros, quienes (gente inteligente) reconocen la calidad cuando la tienen delante. No es de asombrarse entonces que la Serie Nacional no les resulte, digamos, todo lo atractiva que pudiera ser.
Solventado el problema del tema mediante un proceso de "caramelizción" para que se lo tragaran varias personas vino el asunto de las cámaras. Lo peor de la televisión es la cantidad de gente que hacen falta paraa trabajar: el camarógrafo, el jefe del camarógrafo, el chofer, la gasolina que no es una persona pero que jode como tal, LA CÁMARA!!!
Qué pude suceder si, tras semanas de contacto y planificación usted consigue reunir a todo un grupo de jóvenes un sábado, obtiene el permiso para sacar la cámara del ICRT, adecua los horarios de todos para que nadie quede fuera; y luego, el día antes, se entera de que la ÚNICA cámara del departamento salió para cubrir un evento de pelota fuera de la ciudad, y que... tremenda lástima... tronco de pena... pero hay que posponer la grabación.
El infarto estuvo delante de mi, y de todo el piquete. Por supuesto, el docuemntal no es cosa de una sola persona. En fin que entre carreras, y llamadas telefónicas la cosa se puso caliente y pico. Al final las cosas salieron bastante bien. Lo bueno de la televisión es que a todos les gusta salir en el vidrio, y por eso se hacen conseciones. ¡Dios salve la imagen en movimiento y la teledifusión!
Cuando todo estuvo listo, madrugadas editanto mediante, vinieron los desacuerdos. ¿Y por qué la música de Pablo? ¿Y por qué la risa de Mourinho? ¿Y por qué, y por qué ....? Todo un embrollo del cual salimos mejor de lo esperado. Solo nos quedamos con deseos de usar el home rum de Marquetti en el ´86, la canción Días de gloria de Pablito, y una burlita del DT del Real Madrid. Casi nada en comparación con todo lo que se dice en el documental. Pero así es la vida.
Más tarde vinieron los seminarios en la facultad. Nada trascendentes en realidad. Esos sí que no puedens er excusa.
Del viaje a Cienfuegos si vale a pena hablar un poco. La Perla, no pierde el encanto. Limpia como pocas, tuvimos un par de días para caminarla. Otro para llegarnos al parque natural del Nicho, uno de los sitios con los paisajes más bellos que he visto le agua más fría en la que he nadado: la próxima vez va a nadar allí el Papa, si es que quiere...
A Cienfuegos fuimos en plan vacaciones, bien merecidas por el mes de trabajo precedente, dedicado por completo al cabrón documental. Y, otra vez, sentado en el malecón de la ciudad, comprendí que le debo una crónica a las tardes en esa bahía. Deuda que solo tiene una solución: saldarla.
Después vino todo el ajetreo vinvulado a la visita de Su Santidad Benedicto XVI, pero del tema del Sumo Pontífice las cosas hay que escribirlas con calma, ya veremos si luego de la misa de mañana me queda algo interesante para decir. Pero conociendo este país, estoy seguro que las anécdotas van a llover. Por lo tanto, no creo que vuelva a estar tanto tiempo sin pasar de nuevo por aquí.

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