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El Campeonato Mundial de Baloncesto, que desde el pasado 28 de agosto tiene como sede a las ciudades turcas de Estambul, Ankara, Izmir y Kayseri, es sin dudas el evento más esperado por los amantes del deporte de las canastas. No solo por la posibilidad que teienen algunos de ver competir a su país contra rivales de la mayor calidad, sino también por el espectáculo que ofrecen algunos equipos y jugadores.
Y si se habla de espectáculo en el baloncesto, nadie discute que los maestros en ese aspecto son los miembros del seleccionado estadounidense, quienes son motivo de atracción en cualquier escenario donde se presenten. Quizás nos estemos refiriendo al conjunto con más seguidores en todo el planeta, y como siempre sucede en esos casos, al que todos quieren vencer. No importa la fase en la que se encuentre el evento, todos sus contrincantes luchan como si estuviese sobre la mesa la discución del título.
Pero de algo podemos estar seguros, donde se presente el equipo USA de baloncesto las localidades siempre se agotan, ¿coincidencia? No lo creo. Y es que esperamos verlos hacer esas jugadas con las que solo podemos soñar el resto de los mortales, saltar hasta desafiar los límites de la física y enloquecer a los aficionados presentes.
En Turquía no ha sido diferente. Salvo el juego contra Brasil, en el cual los norteños tuvieron que emplearse a fondo para ganar (70-68), en el resto de los compromisos celebrados en el apartado B del certamen se han impuesto por ventajas superiores a los 20 tantos. Croacia no tuvo nada que hacer frente al ataque norteamericano (106-78), Eslovenia tampoco pudo pararlos (99-77), mientras Irán (88-51) y Túnez (92-57) fueron víctimas indefensas ante un elenco de calidad infinitamente superior.
No olvidemos que son la cuna de este deporte, fueron ellos quienes lo inventaron el siglo XIX y lo han perfeccionado hasta el día de hoy para convertirlo en una de las atracciones deportivas más importantes del mundo. Cuentan además con la liga profesional más prestigiosa, la mítica NBA, forjadora de leyendas dentro del mundo del basket. Baste con mencionar nombres como Michael Jordan, Earvin Effay "Magic" Johnson, o más recientemente LeBron James y Kobe Bryant.
Son una carta de triunfo para los anfitriones de cualquier evento donde participen, y cuando se les ve, hacen honor a la fama que los precede, porque el resto de los equipos juegan baloncesto, ellos parecen salidos de otra galaxia. Por eso resulta comprensible que salgan como favoritos para conseguir la corona este año en Turquía, un trofeo que les ha resultado esquivo desde la cita de 1994 en Canadá.
A pesar de no presentar en tierras turcas al Dream Team que conquistó el cetro en los Juegos Olímpicos de 2008, este nuevo elenco estadounidense habla de la salud del deporte en ese país donde los jugadores salen de la nada en cantidades industriales, como nacen velocistas en Jamica y peloteros en Cuba. Aunque no son infalibles, y las derrotas en las dos edicioens anteriores lo confirman, este selecionado dirigido por Mike Krzyzewski tiene amplias posibilidades de coronarse, y de no ser así, al menos podemos esperar choques no aptos para cardiacos, capaces de levantar de su puesto al más parco de los espectadores al verlos jugar como seres de otra galaxia.
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