Mario Vargas Llosa, un Nobel más que merecido |
Por Antonio Álvarez Gil Ganador del XIV Premio Vargas Llosa de Novela en 2009, por su más reciente obra "Perdido en Buenos Aires"
Tomado de El Blog de Álvarez Gil
Pocas veces en la vida me he sentido tan emocionado y feliz con un triunfo ajeno como ayer, con la concesión del Premio Nobel de Literatura al escritor peruano Mario Vargas Llosa. ¿”Ajeno”, dije? No, está mal dicho. Ese premio es de todos los escritores de habla hispana, de toda la Cultura de nuestro ámbito lingüístico y de todas las personas amantes de la justicia en el mundo. Porque era una gran injusticia que uno de los literatos más prolíficos y multifacéticos de todos los tiempos, el dueño de una imaginación tan rica y un estilo tan depurado como es Mario Vargas Llosa, viera pasar los años sin la recompensa a la que aspira cualquier escritor de su categoría.
El premio Nobel es, podría decirse, el padre de los premios. Está al alcance de muy pocos escritores del orbe. Pero sucede que los amantes de la literatura universal hemos debido ver durante años desfilar por la Sala de Conciertos de Estocolmo a buenos escritores –muy buenos, incluso- que, no obstante ello, no alcanzan la categoría literaria y el virtuosismo del escritor peruano. Por eso la alegría, la sensación de que, esta vez sí, se ha atendido al verdadero objetivo del premio, al sentido con que fue creado. Y además, se han hecho realidad las palabras de José Martí: “honor a quien honor merece”.
Ayer los periódicos suecos habían incluido quinielas, opiniones de expertos y fotos de los probables ganadores del Premio. Y en ninguno de ellos vi la menor mención a Mario Vargas Llosa. No había ninguna foto suya entre las muchas que aparecían por doquier. Sería por eso el desencanto con que me senté a escuchar en directo la trasmisión del acto de anuncio. Como cada año, el secretario permanente de la Academia Sueca salió al encuentro de los periodistas para cumplir con la tradición. Recuerdo que pensé: “otro año más el Premio Nobel irá a parar a manos de alguien que se lo merece menos que Vargas Llosa. Por eso mi alegría y mi sorpresa ayer, que estoy seguro comparten muchas personas a lo largo y ancho del mundo. Quiero terminar esta entrada con una frase, una de las muchas que pronunció en su conferencia de prensa el flamante premiado con el Nobel. Pienso que sus palabras lo encumbran más aún, y no sólo como escritor. En la rueda de prensa celebrada en el Instituto Cervantes de Nueva York, Mario Vargas Llosa dijo:
"Me da vergüenza haber obtenido un premio que debieron haberle dado a Borges". Ahí queda.
Ayer los periódicos suecos habían incluido quinielas, opiniones de expertos y fotos de los probables ganadores del Premio. Y en ninguno de ellos vi la menor mención a Mario Vargas Llosa. No había ninguna foto suya entre las muchas que aparecían por doquier. Sería por eso el desencanto con que me senté a escuchar en directo la trasmisión del acto de anuncio. Como cada año, el secretario permanente de la Academia Sueca salió al encuentro de los periodistas para cumplir con la tradición. Recuerdo que pensé: “otro año más el Premio Nobel irá a parar a manos de alguien que se lo merece menos que Vargas Llosa. Por eso mi alegría y mi sorpresa ayer, que estoy seguro comparten muchas personas a lo largo y ancho del mundo. Quiero terminar esta entrada con una frase, una de las muchas que pronunció en su conferencia de prensa el flamante premiado con el Nobel. Pienso que sus palabras lo encumbran más aún, y no sólo como escritor. En la rueda de prensa celebrada en el Instituto Cervantes de Nueva York, Mario Vargas Llosa dijo:
"Me da vergüenza haber obtenido un premio que debieron haberle dado a Borges". Ahí queda.
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