martes, 18 de enero de 2011

Un hombre del Gran Espectáculo


Tony Menédez en uno de sus espectáculos

“...Tony Menéndez, (...); lo considero creativo, (...) y talentoso (...) es polifacético; en el resultado artístico demuestra sus capacidades coreográficas e interpretativas que en mi opinión resultan interesantes y novedosas”, Fernando Alonso, Premio Nacional de Danza 
Por Analeida Puerto Iglesias
Fotos: Roberto Suárez
La danza, el ballet, el teatro y otras manifestaciones culturales han encontrado importantes representantes en Cuba. Tony Menéndez y su compañía son ejemplo de esto, pero con un sello que los hace diferentes y plausibles: combinan baile, actuación y efectos especiales con el fin de lograr espectáculos inusuales.
Tony Menéndez, distinguido entre alumnos y colegas como El Maestro, a pesar de ser joven cuenta con gran experiencia y oficio, adquiridos a través de muchos años y desde temprana edad.
Cuando era niño, le gustaba bailar, cantar, actuar y todo lo relacionado con el ámbito cultural. Desde los cuatro años comenzó a trabajar en la televisión en el programa Periodismo Infantil, de Julio Cordero. Luego llevó paralelos sus estudios en la Escuela Nacional de Arte (ENA), con la presentación en espacios como Donde siempre brilla el sol, Escenario Escolar, Joven Joven y Los domingos no están contados; en las aventuras Shiralad y Furia Blanca, donde hizo el papel protagónico: Carito. Intervino también en las novelas Mi prima Raquel y Cumbres Borrascosas.
«Mi formación artística tuvo su génesis en la televisión, por eso la considero como el lugar donde crecí y me desarrollé, sin dejar de reconocer el papel de las diferentes escuelas de arte en las cuales estuve. Es mi casa y vida.»
El hombre que hoy recuerda su infancia con nostalgia representó a los ocho años a Cuba en el Festival Internacional Banderas de la Paz, en Bulgaria, y en el Festival Internacional de Música y Danza en Francia. Es graduado de Artes Escénicas en el Instituto Superior de Arte (ISA) y cursó estudios de ballet y danza en la Universidad de Danza, Lírica y Teatro de Italia y en los Estados Unidos. También fue merecedor del Premio Especial Lucas 2000, por ser fundador de este espacio y una de las personas que más ha aportado al vídeo clip cubano.
La labor pedagógica estuvo siempre desde el primer momento, pues al terminar los estudios ejerció como profesor del ISA y cooperó con la universidad italiana de donde egresó.
De pequeño quiso ser un show man (hombre espectáculo), por eso, de manera intuitiva, decidió estudiar ballet, actuación, música, danza, folclor, locución y animación. Hasta judo y natación practicó con el objetivo de mejorar las condiciones físicas. Pero lo más importante fue que sus padres le apoyaron y condujeron por  el camino correcto para lograr el objetivo deseado. Así, en menos años de los acostumbrados, José Antonio (Tony) Menéndez logró alcanzar importantes méritos en el mundo del espectáculo.
Para algunos, contar con tanto reconocimiento social a pesar de la juventud podría ser abrumador, sin embargo, Tony se lo toma con calma y lo valora en su justa medida.
«Me siento satisfecho. Sé que todo lo estudiado no fue en vano y cuento con un público que me sigue y abarrota los lugares donde actúo. Recuerdo una presentación en la Isla de la Juventud; había tanta gente queriendo entrar al teatro que rompieron las puertas. Pasé mucha pena con las autoridades del municipio, pero a la misma vez supe que mi trabajo era valorado.    
«Igualmente experimento una gran realización al ver a mis alumnos avanzar con rapidez y formarse con integralidad en todos los aspectos referidos al artista del espectáculo. Ellos son los primeros bailarines de importantes centros nocturnos y cuando se presentan a las pruebas de la ENA ninguno es rechazado. Valió la pena sacrificar el juego de pelota por una partitura o una zapatilla. Veo el resultado y estoy orgulloso.»
Contando desde el principio, la Compañía de la cual es director tiene más de 25 años de fundada, pues desde la primaria ya bailaba y cantaba rodeado de un grupo de muchachitas, bajo la tutela de Rosalía de Castro.
«Todo empezó como un juego, aunque para ese entonces había comenzado a estudiar en la ENA, luego se convirtió en una realidad.»
Quienes gustan del baile integrar, primeramente, la Escuela-Taller y luego el conjunto danzario, dirigidos por Tony Menéndez es un anhelado sueño. 
Entre las disímiles materias impartidas en esta institución resaltan el folclor, los bailes populares cubanos e internacionales, la acrobacia, la gimnasia rítmica, musical, aeróbica y terapéutica, así como el modelaje, la actuación, el flamenco y todo el repertorio de danzas españolas. Se imparte un complejo abanico de ritmos con el objetivo de que los egresados sean capaces de tener la formación deseada.  
«Nuestra academia acepta a todos. Es la única institución de su tipo donde no se hacen pruebas para matricular ni se exigen condiciones especiales. Los interesados en aprender a bailar o formarse como un artista integral tienen la oportunidad de hacerlo. Las pruebas realizadas acá son aplicadas solamente a los graduados que deseen pasar a la Compañía.
«Si la persona aspirante a inscribirse es muy avanzada en edad recibirá un programa de acuerdo con sus posibilidades. Si son niños y jóvenes pasa lo mismo, pero en este caso al terminar todas las materias impartidas se gradúan y reciben un título que los acredita como bailarines profesionales.»
Desde el principio la labor desempañada por Tony Menéndez dio mucho de que hablar, no solo dentro del pueblo, sino en el público conocedor de este universo. De ahí que intentar calificar su quehacer artístico no ha resultado fácil ni para los expertos. Al respecto el artista comenta:
«Tenemos varios rasgos distintivos, pero son cuatro los que más resaltan: el trabajo con las grandes multitudes, pues en cada presentación salen a escena 200, 400 personas, incluyendo niños y estudiantes de la Escuela, lo que se ha convertido también en sello de la Compañía; además, la fuerza de expresión de cada uno de los artista y los efectos especiales, siempre utilizados con determinada intención. 
«Mi arte, además de ser de espectáculo, tiene una alta dosis teatral. Caracterizada por la moda, el circo, la acrobacia y el bailar todos los estilos, desde el más culto hasta el popular. Me gusta tanto el ballet como el guaguancó, el tap, el danzón y aprecio lo mismo al bailarín que al bailador.
«En realidad no me interesa tanto encerrar mi creación en un término, sino que el público la conozca y perciba que lo que hago es el Gran Espectáculo, pues para eso nací y me formé.»
Todo ese conglomerado de habilidades, hace difícil definir a Tony Menéndez, pues siempre se corre el riesgo de dejar algún aspecto fuera.
«De mi compañía y escuela-taller, soy maestro, primer bailarín, cantante, actor, diseñador y director coreográfico y musical; pero por sobre todo eso me considero un hombre show»
Debido a que es un hombre espectáculo cada presentación de Tony Menéndez y su compañía está marcada por coreografías creativas y originales, tanto, que hace a muchos pensar que tiene algún recurso especial para lograrlo.
 «Solamente traduzco los pensamientos que vienen a mi mente y siento en el corazón. No existe una fórmula o estrategia. Me inspiro en cualquier detalle que perciba alrededor de mi vida, obra o simplemente en algo que me llame la atención porque en lo sencillo está lo hermoso.
«Pienso que mis coreografías son así por la preparación que recibí desde pequeño y por el talento de mis alumnos. Con frecuencia suele sucederme que estoy montando una y se me ocurren tantas cosas que no me alcanza el tiempo ni la obra para exponer todo lo deseado.»
Pero el proceso creativo realizado por Tony Menéndez no termina al definir los pasos que se harán, consta también de la organización y preparación de los bailarines que los ejecutarán. ¿Cómo logra organizar un espectáculo tan perfecto con tantos bailarines?
«Con una disciplina férrea y mucho rigor. También con cariño,  amistad y respeto porque los lazos con mis estudiantes van más allá de la profesionalidad y el escenario, pero sin olvidar mantener la distancia existente entre alumnos y profesor.»
A pesar de toda su experiencia, Tony no desdeña ninguna sugerencia, venga de estudiantes o bailarines. «Siempre estoy abierto para recibirlas, no solo de las personas que saben sobre el tema, sino de las que no conocen porque también trabajo para ellas.»
La espectacularidad es parte de cada presentación
«Mi objetivo, como humano y artista, es impactar, impresionar y agradar al público que me va a ver porque esperan de mí cosas nuevas y espectaculares: lo mejor. Entonces, si escucharlos es un modo de saber lo que les gustó, cómo voy a dejar de hacerlo.»      
Debido al propio hecho de ser un artista y ponerse ropas fuera de lo usual hay quienes lo critican y en varias ocasiones tildan de excéntrico y extravagante, pero él no hace caso de eso y continúa con sus costumbres. «Soy un hombre show y creo que quien trabaje en el Gran Espectáculo debe vestirse así. Es un código exigido por la  profesión: no deshacerse del colorido. Además, siempre me ha gustado estar combinado, ponerme vestidos raros, novedosos, llamativos. Puede que sea tal y como la gente dice, pero soy espontáneo, sincero, original, de verdad, no lo hago para vender o pegar; si cambio mis atuendos, entonces dejaría de ser yo.»


1 comentario:

  1. es muy bueno que den a conocer el quehacer de jovenes talentos como tony menendez, muy bien por anita

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